Carlos E. Flores
Una Vida Entre Lentes y Letras
Me llamo Carlos Efren Flores Bahr, oriundo de San Pedro Sula, Honduras, donde vi la primera luz un 7 de febrero de 1988. Desde mi niñez, la fotografía se ha entrelazado profundamente en el tejido de mi vida, siendo una de mis primeras memorias la imagen de mi padre entregándome una cámara desechable subacuática. Esa simple acción sembró en mí una semilla que con el tiempo germinaría en una pasión que define gran parte de quien soy.
Aunque siento un profundo amor por los retratos, confieso que raramente me aventuro en ellos, retenido por el temor a invadir la privacidad de alguien con mi lente. Sin embargo, mi verdadera comodidad yace en la escritura, en el tacto del papel bajo la pluma; desde niño, las plumas han capturado mi admiración, tan intrínsecamente elegantes y precisas. Aunque no he escrito durante mucho tiempo, siempre ha sido una práctica íntima, lejos de las miradas del público. Para mí, escribir no es solo formar palabras; es manchar el papel con el lápiz, dejar una marca tangible en un diálogo silencioso donde cada trazo es una palabra no dicha que se siente profundamente, simples garabatos o manchas en el papel mientras pienso.
Mi vida no solo gira alrededor de imágenes y palabras; tengo una pasión consumidora por los relojes y los coches, especialmente los Porsche. Un coche puede ser amado y luego dejado ir, vendido por valor o simplemente porque alguien desea comprarlo.
En este espacio digital, compartiré fotografías capturadas por mí, narrando las historias detrás de cada imagen y revelando qué cámara inmortalizó esos momentos fugaces. Admiro profundamente a fotógrafos como Ansel Adams y Annie Leibovitz, Nikon mi marca de cámara de preferencia, la marca de mi primera cámara, la que sigue siendo mi favorita en la actualidad — aunque en mi arsenal también cuento con Hasselblads y Leicas.
La fotografía para mí es más que un simple clic del obturador; es un instante eternizado, que sólo se convierte verdaderamente en fotografía cuando se imprime y se libera de los confines digitales de plataformas como Instagram o Facebook.
Bienvenidos a mi mundo, donde cada imagen cuenta una historia y cada historia invita a mirar un poco más allá.

